Acoso sexual en la UMSA: 7 procesos y cientos de casos apañados por roscas

Las universitarias que denuncian a docentes temen represalias, muchas deciden callar. Los acosadores se escudan en círculos internos de poder. Una comisión independiente hace seguimiento a los casos.

Acoso sexual en la UMSA: 7 procesos y cientos de casos apañados por roscas
Foto referencial
PUBLICIDAD

Siete docentes son procesados por acoso sexual a estudiantes en la Universidad Mayor de San Andrés. Otras decenas de casos se encuentran en la impunidad. Las víctimas no tienen dónde acudir después del cierre de la Defensoría de los Derechos del Universitario.

En lugar de la Defensoría se formó una comisión independiente en la cual dan seguimiento a cuatro de los siete procesos. Para la vicerrectora de la UMSA, María Eugenia García, el acoso sexual continúa en las aulas debido al apañamiento de roscas de poder machistas.

“En mi primer año de la universidad un docente me molestaba. Quise dejarlo todo porque en mi colegio siempre estuve tranquila”, cuenta Evelin Chuquimia, hoy titulada. “Vi que los docentes coqueteaban y asediaban a las estudiantes. Hablé con mi papá y me recomendó alejarme y decir de frente: ‘somos docente y estudiante y esa es la única relación que quiero’”.

Para ella fue impactante descubrir que el lugar para formarse como comunicadora también era el escenario donde sus compañeras, y ella misma, podían ser víctimas de algunos docentes acosadores. “No hay dónde acudir”, lamenta la joven.

“Cualquier persona que cometa este delito (de acoso sexual) va a tener sanciones. Hay que darles a las estudiantes la confianza de que no habrá represalias”, recalca la vicerrectora a Página Siete.

“Vivimos en un país machista. Hay una protección entre hombres. Nosotras tenemos que responder a esto siendo mujeres que nos podamos proteger, cuidar y denunciar”, dice García, quien fue una de las pocas autoridades que tomó una postura con relación a los dirigentes estudiantiles que permanecen por años en cargos de poder. Planteó que los líderes universitarios sean alumnos que tengan buen récord de estudios.

La unidad de estadísticas de la UMSA tiene el detalle de los casos, carreras y acusados de acoso sexual. El rector, Óscar Heredia, indicó que esa información se difundirá cuando se logre concretar alianzas institucionales y se elaboren estrategias para paliar ese mal.

La respuesta al cierre de la Defensoría Universitaria

La vicerrectora adelantó la conformación de una Red de Universidades, 11 actualmente, con las que plantean acciones de denuncia, seguimiento a investigaciones y apoyo a víctimas de acoso sexual de docentes. “A mi oficina han llegado denuncias y hemos tratado de apoyarlas sin revictimizarlas”, explica.

Griselda Sillerico fue defensora universitaria desde 2017 hasta 2020. Ella también forma parte de la Red de Universidades. “Esperamos darle una continuidad del trabajo que hicimos”, cuenta a Página Siete.

Durante el tiempo que trabajó en la Defensoría fueron 18 las denuncias escritas y decenas las verbales presentadas por las universitarias contra docentes.

“No hay una resolución del cierre de esta unidad, pero la paralización de sus actividades es una muestra de que incomodaba. Considero que la Red puede ser una buena alternativa al cierre de la otra oficina”, indica la ex defensora universitaria.

Durante los tres años que operó la Defensoría del Universitario en la UMSA se investigaron 18 casos de violencia y acoso sexual. Como resultado un docente fue procesado y cinco fueron destituidos.

“Son estructuras patriarcales y es complejo cuando la denuncia llega a instancias de decisión. Hubo un caso en la carrera de Comunicación que claramente ameritaba un proceso, pero creemos que hubo apañamiento. Ahora sí se está investigando la denuncia”, relata.

Sillerico explica que las universitarias pueden llegar a renunciar a sus estudios como escapatoria a una situación de violencia. Aunque los que acosan y cometen el delito son los infractores, es común que las víctimas sientan vergüenza, indica.

Independencia para investigar

En paralelo, una comisión independiente trabaja investigando cuatro casos de acoso sexual en la UMSA. La docente Susy Mitre es una de las integrantes. Ella perdió una materia que dictaba, asegura, como represalia a sus acciones para canalizar las denuncias de las estudiantes con pedidos de investigación en las direcciones de carrera.

“Esta comisión contra el acoso está activa dentro de la UMSA y está compuesta por diez docentes de las carreras de Trabajo Social, Comunicación y Sociología. Ellas trabajan para que se aplique la Ley 348”, indicó Mitre. Los cuatro casos que investiga la comisión corresponden a tres catedráticos y un auxiliar de docencia. El primero corresponde a un docente de la carrera de Comunicación Social, quien intercambiaba mensajes con una estudiante que lo denunció por acoso. Pese al proceso en su contra, él continúa dando clases.

Otro procesado era docente en la carrera de Medicina. La comisión denuncia que se pretende darle nuevamente el ítem.

El tercer caso de acoso sexual corresponde a un auxiliar que, según denuncia Mitre, tiene el amparo de las autoridades y ni siquiera se han iniciado las investigaciones. La cuarta denuncia recayó en un profesor de la carrera de Arquitectura.

¿Qué hicieron estos individuos? “Son actos que incomodan, que te hacen sentir insegura y subordinada. La víctima se dice ‘tengo que hacerlo porque es mi docente y me puede aplazar’. Es un ambiente muy hostil. Muchas amigas me decían tristes que iban a pasar clases con un docente y tenían miedo”, apunta Chuquimia.

Según la Ley 348, el acoso sexual es un delito sancionado con entre cuatro y ocho años de cárcel. Se considera acosador sexual a la persona que valiéndose de una posición jerárquica (el ser docente) condicione la obtención de un beneficio u obligue por cualquier medio a otra persona a mantener una relación o tener comportamiento de contenido sexual que de otra forma no serían consentidos.

Privilegios sobre privilegios

El cierre de la Defensoría, para el exrector de la UMSA Waldo Albarracín, es un retroceso en temas de derechos humanos. “Lamentablemente la actual gestión cerró esta repartición, privando a los miembros de la comunidad universitaria de la posibilidad de plantear sus quejas sobre abusos del que eran víctimas, quedando en estado de indefensión”, dijo a Página Siete.

“Varios de los casos de abuso sexual culminaron en la instauración de procesos universitarios contra el responsable”, señaló la exautoridad de la UMSA.

Un caso llama su atención debido a la filiación política del acusado. “Se trata de un docente de Medicina, militante del Movimiento Al Socialismo que fue denunciado por sus alumnas de acoso sexual, incluso les enviaba por WhatsApp mensajes e imágenes morbosas”.

“Se le instauró un proceso y le dieron la sanción de expulsión. Pero el docente apeló y redujeron la sanción a suspensión de cuatro años. No contento con este último fallo, demandó a la universidad con un amparo constitucional e hizo sortear el caso a la sala donde el presidente era un vocal masista que lo apoyó en la audiencia cínicamente. Pero la otra vocal era mujer y le dio la razón a la UMSA. Empataron en la votación y se convocó a un tercer vocal para que dirima, éste votó a favor de la UMSA y se confirmó la sanción contra el docente acosador”, indicó Albarracín.

El reglamento de procesos universitarios no se cumple. Este contempla sanciones como las suspensiones temporales a docentes en la universidad o la expulsión definitiva.

Para la joven Evelin Chuquimia, todo esto ocurre bajo la mirada indiferente de las autoridades. “Saben lo que pasa y no buscan soluciones”, concluye.

Ella y muchas más universitarias, además de todas las entrevistadas, esperan que los discursos del rectorado se traduzcan en acciones contra la violencia.

“Hay una protección entre hombres. Nosotras tenemos que responder a esto denunciando”.
Mauge García, vicerrectora
18 ACOSADORES
fueron denunciados ante la Defensoría Universitaria en el periodo 2017 -2020.
“Es un ambiente hostil. Amigas me decían tristes que iban a pasar clases con un docente y tenían miedo”.
Evelin Chuquimia, estudiante