Cómo tratar a la depresión, la ansiedad y el estrés con ejercicio físico

existe una interacción entre la salud física y la emocional. Conozcamos en qué se basa esta relación.

Cómo tratar a la depresión, la ansiedad y el estrés con ejercicio físico
Foto referencial
PUBLICIDAD

Salir a caminar. Andar en bicicleta. Ir a nadar. Son todas actividades físicas que, en muchas ocasiones, se convierten en una suerte de cable a tierra. Con esto en mente, Jennifer Heisz, neurocientífica cognitiva, logró dar con aquello que luego se convertiría en su investigación. Ahora, como directora del laboratorio NeuroFit en la Universidad McMaster en Hamilton, Ontario, es la responsable de estudia la interacción de la salud física y emocional y cómo el ejercicio ayuda a evitar o tratar la depresión, la ansiedad, el estrés y otras afecciones de salud mental.

“Los efectos del movimiento en la mente son tan penetrantes y fascinantes”, dijo la experta al recordar sus primeros pasos en este campo. “Las investigaciones han demostrado que el ejercicio es extremadamente beneficioso para reducir la ansiedad. De hecho, al final de cada entrenamiento, normalmente obtenemos un breve alivio de la ansiedad, debido al neuropéptido Y, que aumenta con el ejercicio. Es un factor de resiliencia. Ayuda a calmar la amígdala ansiosa, que es la parte del cerebro que reconoce el peligro y nos pone en alerta máxima”, sostuvo la especialista en diálogo con The New York Times.

En ese sentido, la experta destacó: “Durante los últimos años, con la pandemia, nuestra amígdala ha estado en hiperalerta, provocando una respuesta de estrés casi constante. Esta cronicidad del estrés comienza a hacer que nuestras mentes se vuelvan realmente temerosas y que terminemos con una ansiedad constante. El ejercicio, al regular al alza el neuropéptido Y, ayuda a calmar la amígdala ansiosa, reduce el miedo y la hipervigilancia y nos mantiene más tranquilos”.

Incluso, los expertos señalaron que además alivia el estrés, mejora la memoria, aumenta la calidad del sueño y mejora nuestro estado de ánimo. Vale aclarar que para obtener estos beneficios se puede alcanzar con cantidades e intensidades moderadas de ejercicio. “La investigación de mi laboratorio muestra que este tipo de ejercicio reduce la ansiedad inmediatamente después de su entrenamiento y luego, con el tiempo, si sigue haciendo ejercicio, reduce la ansiedad aún más y por más tiempo. Parece que unos 30 minutos de este tipo de ejercicio tres veces por semana es bueno. Caminar, andar en bicicleta, nadar, bailar: una amplia variedad de actividades funcionan”, enumeró Heisz.

La especialista afirmó, además, que “debemos tener cuidado con el ejercicio realmente intenso y la ansiedad. Si sentimos ansiedad, ya estamos bajo estrés. El ejercicio de alta intensidad también es un tipo de estrés. Pero nuestros cuerpos solo tienen, en general, una respuesta al estrés. Entonces, durante el ejercicio intenso, agregamos estrés físico extremo al estrés que nuestro cuerpo ya está sintiendo y todo podría volverse demasiado. Le diría a la gente que cuando ya se sienten estresados, el ejercicio intenso y prolongado puede no ser la opción correcta”, en cambio se deberá optar por “tratar de de hacer ejercicio que se sienta cómodamente desafiante, de modo que la frecuencia cardíaca sea elevada pero no acelerada. Para muchas personas, eso significaría dar un paseo rápido por el parque o la cuadra”.