Hombre que mató a su expareja burló a la justicia cruceña

Hombre que mató a su expareja burló a la justicia cruceña
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Marcelino Martínez Arenas, acusado de asesinar a su expareja Wilma Flores Zurita, fue denunciado el 21 de marzo por violencia doméstica por la  víctima en el Distrito Policíal-6 de la ciudad de Santa Cruz. Entonces, el fiscal lo arrestó por ocho horas y luego lo liberó. 13 días después, Martínez degolló a la joven con un cuchillo en puertas de un supermercado, ubicado en   la Doble Vía La Guardia.

“El 21 de marzo ha habido la denuncia, se podría haber evitado este hecho (de sangre) si el fiscal ejecutaba lo que marca la ley (…). El fiscal sólo emitió una orden de alejamiento, no se han cumplido las medidas de protección para la víctima”, relató a Página Siete el director del Observatorio de Abogados al Servicio de la  Sociedad Boliviana (Aboser) en Santa Cruz, Humberto Orellana, y que ofició de abogado de la familia damnificada.

La noche del sábado 20 de marzo, según relato de familiares de la víctima, Martínez llegó a su casa descontrolado y agresivo, estaba ebrio, entonces la discusión entre ambos se tornó violenta; al día siguiente, el acusado golpeó a su expareja y la hermana de la joven, Arminda, la defendió, pero ella también recibió golpes.

Ese día, Flores presentó la denuncia al Distrito Policial-6. Ambos fueron trasladados a instalaciones de la fuerza policial antiviolencia y se abrió una denuncia contra Martínez por violencia doméstica y el caso pasó al Ministerio Público, que debió definir la situación jurídica del acusado, explicó el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), José María Velasco.

La Fiscalía decidió el arresto de ocho horas para Martínez y le prohibió acercarse a la víctima como medida de protección. Fue citado para el 24 de marzo a una declaración informativa, pero el acusado presentó un certificado médico y postergó la comparecencia. Reprogramó su testimonio para el 31 del mismo mes, pero tampoco se presentó, dijo Velasco.

El fiscal departamental de Santa Cruz, Roger Mariaca, explicó ayer que el día de las discusiones violentas no había un médico forense, tampoco se tiene un informe psicológico y la víctima no presentaba lesiones en su integridad;  al contrario,  Martínez era quien se encontraba con lesiones. “Se dice, por los antecedentes, que quien habría sido la víctima de agresión hubiera sido él”, dio Velasco.

Orellana explicó que Martínez presentaba lesiones, pero fue porque la víctima se defendió de las agresiones que sufrió. “No podemos medir la fuerza de una mujer con la de un hombre que tiene mucha más fuerza y que terminó con la vida de Flores Zurita”, indicó.

La mañana del 4 de abril, Zurita salió de su casa a comprar pan al supermercado de la zona de la avenida Doble Vía La Guardia. En el trayecto se dio cuenta de que su expareja la seguía, entonces llamó a su hermana para alertarla. Según el video de seguridad del supermercado, el agresor apareció por detrás de la joven,   sacó un cuchillo y le cortó el cuello;  la mujer cayó al suelo y fue apuñalada, el asesino tiró el arma blanca y huyó del lugar.

El guardia de seguridad del supermercado logró interceptar a Martínez, que  fue llevado a la Policía. Velasco contó que el asesino de Flores atribuyó su crimen a los celos, porque días antes su familia le contó que su expareja estaba saliendo con otra persona. Sin embargo, cuando fue llevado ante la fiscal, Martínez se abstuvo a declarar y fue acusado por  feminicidio. La justicia lo envió al penal de máxima seguridad de Chonchocoro, en La Paz. El abogado de la familia de la víctima dijo que solicitarán la pena de 30 años de cárcel sin derecho a indulto.

Arminda contó que su familia es de Cochabamba y hace diez años su hermana decidió migrar a Santa Cruz y conoció a Martínez. La ahora fallecida rentó un cuarto, pero hace un año decidieron separarse. Su hermana y sus dos hijos vivían en la planta baja, él en el primer piso. Su hermana atendía un  snack de venta de pollo. Él tenía una tienda de licor y abarrotes en la misma cuadra. Pese a la separación, se veían todos los días.

Fuente: página SIETE