Suman 13 muertos y 8.148 familias afectadas por las lluvias en Bolivia
Al menos 55 municipios de siete departamentos son afectados por las intensas lluvias en el país.
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Las intensas lluvias, que provocaron el desborde de ríos e inundaciones, dejaron hasta el momento 13 muertos y 8.148 familias afectadas en el país, además de más de 1.000 damnificadas, informó este domingo Juan Carlos Calvimontes, viceministro de Defensa Civil.
La autoridad precisó en esa cifra de 13 personas fallecidas incluye “las siete iniciales que perdieron la vida en el municipio de Mapiri”, norte del departamento de La Paz, en las primeras semanas de noviembre.
Asimismo, según el Viceministro, de manera preliminar se logró cuantificar la afectación de más de 3.000 hectáreas de cultivos y aproximadamente 1.000 hectáreas “con la pérdida total de su producción”.
Del mismo modo fueron afectadas más de 5.000 cabezas de ganado y más de 400 viviendas, de las cuales, “unas 80 prácticamente ya están irrecuperables y se tiene que hacer un plan de reconstrucción de las mismas”, sostuvo.
Estas afectaciones se registran “ya en siete (de los nueve) departamentos y casi en 55 municipios (porque en las últimas horas) se han incorporado a la lista los municipios de Saipina y Comarapa (en Santa Cruz), donde también han sufrido intensas lluvias, el desborde de sus ríos y prácticamente el colapso de muchos de sus pequeños diques, que han inundado varias comunidades”, señaló.
Es así que hasta el momento los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba, respectivamente, se constituyen en las dos regiones más “golpeadas” por las lluvias, que en un principio se creía que iban a caer con intensidad en enero.
Pero “se adelantaron a diciembre y en enero las precipitaciones todavía van a seguir muy fuertes, de manera que el desborde de los ríos va a causar más problemas en algunos departamentos que ahora aún no están sufriendo las consecuencias de estas primeras oleadas de los ríos”, agregó la autoridad en una entrevista con Bolivia TV.
En consecuencia, según Calvimontes, Bolivia está entrando a “una etapa muy crítica y muy dura”, sin embargo, hay la voluntad de no escatimar ningún esfuerzo humano ni económico para ayudar a resolver los problemas de forma inmediata.
